Antes de conocerte te amamos

Antes de conocerte te amamos: Dicen unos padres que con amor e ilusión recibieron la noticia de la llegada de un hijo o hija y es que desde ese momento se empieza a crear ese vínculo de amor con el bebé pero que al poco tiempo surge algo inesperado, algo terrible y doloroso al darse cuenta que el bebé había fallecido en el vientre de su madre, otras veces llega a término el embarazo y muere al nacer o días después. Tristeza, vacío y anhelo, culpa, enojo, soledad: es muy frecuente que la muerte de un bebé cause estas emociones. Esta tristeza puede manifestarse a través de un gran vacío y anhelo y a través de síntomas físicos, como llantos intensos, y respuestas al estrés, como la fatiga, cambios en el apetito y trastornos del sueño. Surgen preguntas ¿cómo es posible que nos pase esto? ¿por qué mueren los bebés? ¿Somos culpables de esto? ¿Qué hicimos mal?  Estas interrogantes y más se dan tras esta pérdida iniciando el duelo gestacional o perinatal.

El duelo gestacional o perinatal es un duelo particular porque a menudo no es socialmente reconocido, se invisibiliza y acalla en su mayoría el dolor y sufrimiento de los padres principalmente, lo que hace que lleven su dolor en silencio. Los padres piensan que no tienen derecho a llorar y que no es normal lo que sienten. Así, evitan expresar sus sentimientos y carecen de los apoyos habituales en otros tipos de duelo.  Como a la sociedad le es difícil reconocer este duelo surgen comentarios como:  Ya van a tener otro, por algo pasan las cosas o Dios y la naturaleza saben lo que hacen, al menos no lo conociste, ya tienes un angelito.  Probablemente no es con mala intención, pero están minimizando el dolor de los padres no siendo empáticos.

La muerte de un bebe neonato o nato siempre es muy dolorosa y hay que darle el lugar que merece.  Es una pérdida doble: se pierde a un hijo real y al mismo tiempo el proyecto, los sueños y la identidad de madre/padre que se había comenzado a formar. Es un duelo sin recuerdos tangibles: no hay una historia compartida con el bebé, lo que puede dificultar la validación de la pérdida por parte del entorno.

Es importante que los padres reciban apoyo de profesionales de la salud mental perinatal capacitados para brindar herramientas y estrategias de afrontamiento.  El acompañamiento de un tanatólogo para ser escuchados, comprendidos y puedan transitar el duelo de manera asertiva y llegar a una aceptación de esta nueva realidad que no es olvidar la muerte de su bebé sino aprender a vivir con su ausencia. Este acompañamiento es de manera personal ya que cada uno de los padres lo vive de manera diferente y por lo tanto es imprescindible la comunicación entre ellos para evitar conflictos de pareja. Contar con el apoyo de la familia y amigos que validen sus sentimientos y puedan sentirse acompañados.

Participar en rituales y prácticas ceremoniales puede ayudar a crear un espacio para compartir el dolor, honrar al bebé y construir recuerdos significativos. Se puede escribir una carta con el nombre del bebé o plantar un árbol en su honor.

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